Huancayo y Jauja, dos ciudades, una rivalidad y un destino en el Mantaro

  • Jorge Burga Bartra

Resumen

El valle del Mantaro acoge un rosario de pueblos unidos por vías en ambas márgenes, que están coronados en sus dos extremos por las ciudades de Huancayo y Jauja. La margen izquierda es la más desarrollada, con ciudades importantes como Jauja, Concepción y la propia Huancayo, que se expande dominantemente en esa margen, uniéndose con los pueblos vecinos de San Agustín de Cajas y San Jerónimo de Tunán, hasta llegar a Concepción. Falta poco para que se consolide sobre ese lado una gran ciudad lineal de un extremo al otro. En realidad el 95% de la población de todo el valle se asienta sobre la margen izquierda, más plana y extendida. Mientras en la margen derecha, más angosta y empinada, se suceden pueblitos como Huaripampa, Muquiyauyo, Sincos, Mito y Orcotuna, menos tocados por la fiebre comercial y el desarrollo, pero más preservados. Las dos carreteras paralelas se unen pasando y, sin entrar a Jauja, dirigiéndose en una sola vía hacia La Oroya, y por el otro extremo la ruta desde Huancayo se dirige hacia Huancavelica.

Esa es la imagen actual, pero, muchos siglos atrás, se piensa que el valle fue un gran lago que terminó desaguando por la quebrada de Izcuchaca en Huancayo, quedando un valle regado por un río. Antes de la llegada de los españoles, los valles eran ocupados por la población en las cabeceras de los ríos, como en Cajamarca y Cuzco. El valle del Mantaro no es la excepción, y los iniciales asentamientos se dieron en Jauja, cerca al río que antiguamente llevó el mismo nombre. Edgardo Rivera Martínez, en su libro “Imagen de Jauja”, hace un exhaustivo recorrido sobre las opiniones de muchos escritores, políticos, militares y viajeros, desde la época colonial, sobre este lugar, que siendo capital, tenía como distritos a Jauja, Mito Chupaca, Huancayo, y Concepción. Los adjetivos sobre las bondades de su paisaje, su clima, su producción minera, agropecuaria, y su población son innumerables. Jauja era un lugar famoso de paso obligado, tanto para los que viajaban a lo largo de la sierra, cuanto para los que venían de Lima. Pero, en opinión de ese autor fueron, precisamente, los beneficios curativos contra la tuberculosis los que comienzan a corroer su liderazgo en el valle; “Durante la república, en el siglo XIX, se acentúa la declinación de Jauja, sobre todo en lo económico. Progresivamente crece, en cambio, la importancia de Huancayo.”…..” No sólo se ha detenido, en ella, todo progreso, sino que además se inicia una emigración más o menos notable de sus principales familias. A mediados de la centuria,”…” se hace más notoria la afluencia de los enfermos de la tuberculosis pulmonar, quienes vienen en busca de salud. Probablemente este fenómeno, si bien significó para Jauja una relativa fuente de ingresos, contribuyó a retrasar, en cambio, su desarrollo.”(1)

La plaza de Jauja, según dibujo de Leonce Angrand (1838), y la vista de esa misma plaza en el libro de Charles Wiener (1880), (2) que también nos muestra Martínez, luce, además de su iglesia, Hermosas arquerías en los primeros niveles y balcones corridos a plomo y sobresalientes, en el nivel superior. Mientras Huancayo es descrito como una calle principal ancha y larga, donde se daba la feria, famosa hasta nuestros días, que estaba rodeada de buenas casas y comercios. En 1864 esta ciudad es elevada a provincia, independizándose de Jauja, lo que reflejaba su pujante desarrollo económico.

Con el correr de los años se iría construyendo, sobre ese desarrollo y primacía de los Huanca, un mito que nos habla de un “reino Huanca”, que se habría formado alrededor de los años 1 000 después de Cristo. El historiador Waldemar Espinoza sostiene además que ofrecieron fuerte resistencia a la conquista Inca, pero luego fueron derrotados por hambre y sed y deportados hacia la región de Chachapoyas. Se enfatiza así la rebeldía y el coraje de esta “nación Huanca”. Pero esta tesis es cuestionada por el Arqueologo Manuel F. Perales Munguía (3) quien señala contundentemente que: A- “En los tiempos previos a la llegada de los incas los pueblos del valle del Mantaro vivían en un contexto de fraccionamiento”. B- Que el palacio del rey “citado por Espinoza en Tunanmarca resultó ser, luego de llevarse a cabo las excavaciones arqueológicas respectivas, la amplia vivienda de una de esas familias de élite que ostentaban el poder a nivel de su comunidad.” C- Que no existían centros urbanos propiamente dichos. D - Y por último que algunas de esas élites, no sólo no se opusieron, sino que negociaron con los Incas y fueron ampliamente beneficiadas por estos.

Argumentos parecidos dan pié a una rivalidad entre Huancas y Jaujas, en la que los Huancas son los fuertes, “vivos”, y ricos, mientras los Jaujas son caracterizados como débiles y atrasados. Pero, evidentemente, no se trata de definir quién es más o mejor, cuando ambos son pueblos involucrados en un solo destino.

Pero ese avance arrollador del comercio en Huancayo ha destruido en las últimas décadas magníficos ejemplos de arquitectura tradicional, de casas patio, balcones y portadas, construyéndose en su lugar edificios chicha, anodinos de 5 y 6 pisos revestidos de vidrio espejo verde y azul, y enchapes cerámicos, tomados de obras que hemos realizado los arquitectos colegiados en el valle, a las cuales se han añadido chullos, mates y sombreros grandilocuentes en la escena urbana, bajo la forma de paraderos y “adornos” de dudosa factura. Mientras, precisamente, un desarrollo limitado, permitió que se preserve un centro histórico y muchos ejemplos arquitectónicos en Jauja, así como en varios de los pueblitos de la margen derecha. Esto nos llevaría a constatar una extraña tesis: A más progreso, más destrucción y ruptura con la tradición, mientras que a falta de este, mayor preservación de estos ejemplos.

¿Qué alternativa tendrían estos centros urbanos que no se desarrollaron, pero como contraparte, preservaron sus monumentos? Ellos tienen todas las condiciones para intervenir en otro filón económico (que no sea el comercial): El turismo, ya que Jauja – a la cabeza de estos pueblos - cuenta, además de los valores urbanos y arquitectónicos mencionados, con un aeropuerto, un terminal de ferrocarril, así como conexiones inmediatas con Tarma y la carretera central, manteniendo tradiciones folklóricas todo el año, y lugares de gran valor paisajístico, como la laguna de Paca y restos arqueológicos, que le dan un valor adicional. Si se le diera ese rol a Jauja, la pugna entre Huancas y Jaujas se desvanecería y podrían complementarse armoniosamente, asumiendo una, las riendas del desarrollo y progreso comercial, mientras la otra, orientaría sus esfuerzos hacia el turismo receptivo y de convenciones, ¡A media hora de Lima! Y con un clima, paisaje y otros recursos muy importantes. Faltaría - claro está - una buena infraestructura hotelera que podría construirse sobre el río, las laderas de la ciudad, o la laguna de Paca, lugares todos muy accesibles y cercanos al aeropuerto (4, 5). El valle del Mantaro tiene además, con el Convento de Ocopa y otros lugares donde la gastronomía, la música y el paisaje van de la mano, una serie de hitos que permitirían organizar una variedad de circuitos turísticos que enriquecerían el valor del valle.

Biografía del autor/a

Jorge Burga Bartra
Social Capital Group

Citas

1. Rivera E. Imagen de Jauja. Huancayo: Universidad Nacional del Centro del Perú. p. 140.

2. Rivera E. Op. Cit. Pags. 145, 209.

3. Perales M. El antiguo “Reino Huanca”: Deslindes y alcances sobre un mito en la historia prehispánica del Valle del Mantaro”. Apuntes de Ciencia y Sociedad, Vol 1 Nº 1. Revista de la Universidad Continental. Huancayo. 2011.

4. Municipalidad Provincial de Huancayo. Plan de Desarrollo Urbano de Huancayo, El Tambo, Chilca, 2006- 2011, Gerencia de Desarrollo Urbano y Ambiental. Huancayo: Municipalidad Provincial de Huancayo; 2006.

5. Municipalidad Provincial de Jauja. Plan de Desarrollo Urbano de la ciudad de Jauja 2008-2022. Jauja: Municipalidad Provincial de Jauja; 2008.

6. Wiener C. Pérou et Bolivie : Reć it de voyage suivi d'études archéologiques et ethnographiques et de notes sur l'écriture et les langues de populations indiennes. Paris: 1880.

7. Rivera E. País de Jauja. Lima: La Voz editores; 1985.

8. Rivera E, et al. Jauja, pedacito de cielo. Huancayo: PROMPERU; 2010.

Publicado
2011-12-30
Cómo citar
Burga Bartra, J. (2011). Huancayo y Jauja, dos ciudades, una rivalidad y un destino en el Mantaro. Apuntes De Ciencia & Sociedad, 1(2). Recuperado a partir de http://journals.continental.edu.pe/index.php/apuntes/article/view/39
Sección
Artículos de revisión