FINANCIACIÓN ÁNGEL CAPITAL INTELIGENTE
Abstract
El acceso a financiación en etapas tempranas de desarrollo es fundamental para la supervivencia y crecimiento de empresas, y aún más importante en el caso de las empresas dinámicas que crecen a una velocidad superior a la de emprendimientos tradicionales, precisando más insumos de capital en espacios más cortos de tiempo.
Esta necesidad de financiación se puede satisfacer con instrumentos de capital o de deuda. Los Fondos de capital emprendedor, proveedores de capital, no pueden apostar por un alto número de operaciones de inversión con un volumen pequeño, dado que los gastos de pre y due-diligence se dispararían, en detrimento de la rentabilidad de esos fondos.
En el caso de la deuda, las entidades bancarias por un lado encuentran serias dificultades para realizar evaluaciones de riesgo de las nuevas aventuras empresariales y por el otro incurren en "deseconomías de escala" ya que se trata de numerosas operaciones de bajo monto. Consecuencia directa de ello es la exigencia de garantías, arduos trámites burocráticos y el encarecimiento de esta fuente de financiación para nuevas aventuras empresariales.
Es en este contexto, que la categoría de inversión ángel aparece como una solución para contrarrestar esta falla de mercado para la financiación de empresas dinámicas en etapas tempranas. Pues, el inversor ángel cubre una brecha significativa en el ciclo financiero del emprendimiento que oscila entre los USD 50,000 y USD l millón. Los inversores ángeles son individuos con una capacidad inversora media de entre USD 50.000 y USD 1 millón. Poseen una amplia trayectoria profesional forjada en grandes compañías o empresas familiares en las que han ocupado puestos de máxima responsabilidad. La mayoría de ellos han sido emprendedores en algún momento de su vida y comparten el sentimiento de revertir en la sociedad parte de los ingresos que han obtenido en sus empresas exitosas a través de su labor como inversores ángeles. Los inversores ángeles en general están interesados en sectores o industrias que conocen, buscan proyectos con alto potencial de crecimiento, equipos comprometidos, cobertura legal para su participación y tienen unas expectativas claras de salida en un horizonte temporal que oscila entre los 5 y 10 años.
El inversor ángel es un inversor de proximidad porque quiere estar vinculado en los empresas en las que participa, aunque esta última característica está cambiando gracias a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. La característica más diferenciadora de cualquier otro tipo de inversionista y también una de los más valoradas por los emprendedores a los que asisten, es su aportación de "capital inteligente", esto es, el inversor ángel no sólo aporta capital financiero en las empresas en las que participa, sino que también contribuye después de la inversión de capital con su know-how y expertise en cuestiones vitales para la supervivencia y el desarrollo de la empresa, despliega toda su red de contactos y la pone a disposición de los emprendedores, acompañando a estos emprendedores a explorar fuentes de financiación comerciales y de capital emprendedor. En definitiva, el inversor ángel, es un generador de valor y acelerador de crecimiento en las empresas en las que participa.
En América Latina y Caribe los inversores ángeles activos en general poseen varios años de experiencia inversora. Se trata de emprendedores en serie como Casares, el fundador de Patagón, Wanako Games y Lemon Bank, Andy Freire y Santiago Bilinkiso, los fundadores de Officenet o de Ariel Arrieta, fundador de empresas como V-commex que fue comprada por FOX, quienes entienden muy bien el proceso emprendedor y poseen un patrimonio importante después de vender sus negocios a grandes multinacionales o a Fondos de capital emprendedor.
Además, podemos distinguir entre tres tipos de inversores ángeles potenciales en lo región: emprendedores exitosos, nuevas generaciones de Family Offices y altos ejecutivos que provienen de multinacionales. En general, los emprendedores exitosos han acumulado un gran patrimonio gracias al crecimiento de sus empresas en sectores tradicionales como, construcción, distribución o comercialización de bienes de consumo. Este perfil, mayormente, corresponde a una primera y segunda generación de empresarios que aunque poseen el capital necesario poro actuar como inversores ángeles, tienen aversión a realizar operaciones fuera de su ámbito de actuación, esto es, en sectores que desconocen. Por eso invierten de manera conservadora, diversificando sus inversiones con bienes raíces, activos casi-líquidos y tesorería.